viernes, 15 de agosto de 2014

Los primeros amores - Primera historia

A partir de este momento empezaré a contar apartes de la historia de un hombre que conocí, yo espero les guste y sepan apreciar las cosas simples, considero que hemos dejado de creer en las cosas sencillas por ir en la búsqueda desmesurada de cosas grandes, épicas, de cosas que enorgullezcan más a los de tu alrededor que a ti mismo, todo para terminar diciendo yo no desee esto y en la mayoría de los casos a nuestro paso vamos hiriendo a personas, irónico o no, son las personas que más queremos, es decir, que también se termina diciendo yo no deseaba esto para nosotros.

- Que no debes enfocarte en las cosas materiales me decían, que mentira más grande es esta, generalmente esto te lo sugiere una persona cuando te lleva en su carro, te lo aconseja aquel que nunca ha tenido que ver a sus padres llorar de angustia por no tener como pagar un arriendo, ni nunca haberles visto sentirse decepcionados por no tener que dar de comer a sus hijos, te lo recomienda al que le va bien en su trabajo debido a que hizo una buena universidad llena de triunfos, que por estudiar en colegio privado y tener mejor educación no ha tenido que padecer sino el reto de superarse así mismo, porque así la vida se lo permitió, porque así la vida lo recompensó; no por pasar tristezas al verse humillado por el tipo de persona que acabo describir, que no solo lucha contra si mismo, sino contra el peso del que por condiciones de vida esta por encima de el, porque nacer aunque debiste haber muerto siendo recién nacido te va marcando y te va arrebatando cosas...

Así empieza su relato, su mirada se pierde a medida que habla, y su tono se pierde, como si ya antes se hubiese contado la historia así mismo cantidades de veces, contarme esto lo relaja, lo libera, o al menos eso es lo que yo veo en el, porque el siente que a pesar de ciertos límites en su vida lo ha hecho bien, ha hecho lo que pudo, y entiende y a la vez no comprende que hay personas peores que el, le sirve de consuelo y desearía que no fuera así. 

- Que cosas locas tiene esta vida no ! Cuando uno va reuniendo lo que ha vivido, se da cuenta que casi el 90 % de la vida está llena de vainas tristes, de cosas que no te gustan, que desprecias, y no ! No quiero escuchar que eso es necesario, me da rabia, impotencia, no debería ser así, pero bueno, por donde puedo empezar, mi padre es profesional, mi mamá también, su profesión, su titulo lleva mi nombre, su especialización, su maestría y doctorado también, sacrificó todo por mi. Mi papá también a su modo, a su ritmo, lo intentó, lo intenta, y lo intentará, al menos hasta que yo decida intentarlo también, crecí en un pueblo, donde no suceden grandes acontecimientos, donde un accidente causa gran revuelo, el chisme llega a todos lados, los amigos son pocos, pero muchos al ser un pueblo.

- Me ibas a hablar de ella, o de ellas jaja, me han dicho que te ha ido bien en el amor.

- No, rotundamente no, cuando un hombre habla de muchas mujeres no pudo haber tenido éxito ! Yo envidio a esos que conocieron a una mujer en primaria, se hicieron novios en secundaria, se comprometieron en la universidad y se casaron cuando se graduaron, los envidio básicamente porque realmente si pudieron conocerse, pudieron soñar juntos, pudieron vivir juntos, me entiendes, si pueden decir con su boca llena que vivieron realmente juntos, que lo hicieron todo juntos, que planearon, que se enfocaron no solo para vivir su vida sino pensando en la otra vida, del ser que está a su lado, que bonito, que envidia. Sonará tanto pero mi primer gran amor fue en primero de primaria jaja, de verdad que si, no se me ria, si quiere le saco las fotos !

- Yo te creo, pero para decir que fue tu primer amor, es porque algún recuerdo en especial tendrás...

- Si, pero era un amor de primero de primaria, no te puedes esperar besos y gestos apasionados, ella tenía una melliza, las peinaban igual, las vestían igual, parecían muñequitas, ella era mi pareja en todo, para hacer dibujitos, cositas en plastilina, y lo que más nos gustaba eran las danzas, si siempre fui buen bailarín, digo que fue mi primer amor porque es así de especial y sencillo no ves, compartimos grandes momentos para empezar nuestras vidas, no había necesidad de citas, ni prejuicios, era simplemente hacer, y no había manchas ni celos, por ahí me dio un besito y todo, y en las fotos siempre salía dandome besos en la mejilla, no recuerdo el nombre, tengo mis notas y el listado de clase, podría buscarla pero no quiero, prefiero tenerla así como un buen recuerdo, grato recuerdo.

- Interesante...

- Jaja ya te dije que si querías te traía fotos ! Pero así empezamos y creo que bien.

Yo también y seguro que ustedes también.

viernes, 10 de enero de 2014

Ella y yo, yo y ella.


Les comparto un pequeño poema que he decido escribir. Espero les guste, me sentiría plenamente agradecido.


Ella y yo, yo y ella.

Aún podía ver en ella,
si, aún sus ojos no habían desarrollado la forma de ocultarse,
la transparencia, la tranquilidad,
que de inmediato me llevaron a sonrojarme.

A pesar del tiempo, 
a pesar de las heridas, ella era feliz,
y yo también viéndola sonreír a cada momento
sin que ella tuviera del pasado alguna cicatriz.

Ella hablaba, yo disimulaba escucharla,
ella veía al horizonte,
yo me perdía en sus ojos ! Cómo no amarla ¡
así tan fresca, completa sin ningún recorte.

Yo recordando, ella desvaneciéndose,
yo olvidando, ella apareciéndose,
yo amando, ella amándome,
yo dejándola y ella dejándome.

Rodrigo Domínguez
@rodrijdominguez


El matrimonio no es para ti.



Esta lectura me ha gustado mucho, hay un toque de posibilidad de poner en práctica para todos y todas, espero les guste, algunos lo habrán leído ya y se que no les importará leerlo una vez más.


Después de haber estado casado solamente por un año y medio, he llegado a la conclusión de que el matrimonio no es para mí. Por favor, antes de empezar a hacer suposiciones o pasar juicio a este artículo, sigue leyendo.

Conocí a mi esposa en la escuela secundaria cuando teníamos 15 años. Fuimos amigos durante diez años, hasta que decidimos que ya no queríamos ser sólo amigos. Recomiendo ampliamente que los mejores amigos se enamoren. Vendrán muchos buenos ratos de una relación así.

Sin embargo, enamorarme de mi mejor amiga no impidió que tuviera ciertos temores y ansiedades sobre el matrimonio. Entre más se acercaba el momento de decidir si nos deberíamos casar, más me llenaba de un miedo paralizante. ¿Estaba preparado? ¿Estaba tomando la decisión correcta? ¿Era Kim la persona más adecuada para tomar como esposa? ¿Podría ella hacerme feliz?

Entonces, en una noche que cambió mi destino, le conté estos pensamientos y preocupaciones a mi papá. Cada uno de nosotros tenemos momentos en nuestras vidas en que sentimos como si el tiempo se detuviera y todo a nuestro alrededor se acomodara perfectamente para marcar ese suceso especial que nunca olvidaremos.
Cuando mi padre respondió a mis inquietudes, fue uno de esos momentos para mí. Con una sonrisa en su rostro, dijo: "Seth, estás siendo totalmente egoísta. Así que voy a hacer esto realmente simple: el matrimonio no es para ti. No te casas para que te hagan feliz, te casas para hacer feliz a alguien más. Más que eso, tu matrimonio no es para ti, te casas para beneficiar a tu familia. No hablo de los suegros y familiares, sino de tus futuros hijos. ¿A quién quieres a tu lado para que te ayude a criarlos? ¿Quién quieres que sea una influencia diaria en ellos? El matrimonio no es para ti. No se trata de ti. Se trata de la persona con quien te casas."

Fue en ese momento en el que supe que Kim era la persona con quien quería casarme. Me di cuenta de que quería hacerla feliz a ella, ver su sonrisa cada día, y hacerla reír todos los días. Yo quería ser parte de su familia, y mi familia quería que ella fuera parte de la nuestra. Y al recordar todas las veces que la había visto jugar con mis sobrinas, supe que ella era la persona con quien quería construir nuestra propia familia.

El consejo de mi padre era a la vez sorprendente y revelador. Iba en contra de la actual "filosofía de Wal-Mart", que es: "si no te hace feliz, puedes regresarlo y llevarte otro nuevo". La realidad no es así, un matrimonio verdadero (y el amor verdadero) no se trata de ti. Se trata de la persona que amas: sus deseos, sus necesidades, sus esperanzas y sus sueños. El Egoísmo siempre exige: "¿Qué gano yo?" Mientras que el Amor dice: "¿Qué más puedo dar?"

Hace algún tiempo, mi esposa me mostró lo que significa amar desinteresadamente. Durante muchos meses, mi corazón se había endurecido con una mezcla de miedo y resentimiento. Cuando la presión había aumentado a un punto en donde ninguno de los dos podía soportarlo más, las emociones estallaron. Tristemente fui insensible y egoísta con ella.
Pero en lugar de responder con más egoísmo, Kim hizo algo más que maravilloso, ella demostró un acto humilde de amor puro. Dejando de lado todo el dolor y sufrimiento que yo le había causado, amorosamente me tomó entre sus brazos y reconfortó mi alma.

Me di cuenta de que me había olvidado del consejo de mi padre. Mientras que el objetivo de Kim en el matrimonio había sido darme amor, mi contribución había sido solo pensar en mí. El darme cuenta de lo terrible que fui, me hizo llorar, y en ese momento le prometí a mi esposa que iba a tratar de ser mejor.

Para todos los que están leyendo este artículo ya seas —casado, comprometido, soltero, o incluso si has jurado nunca casarte— Quiero que sepas que el matrimonio no es para ti. Ninguna relación verdadera basada en amor se trata ti. El amor siempre se trata de la persona que amas.

Y, paradójicamente, entre más amas a esa persona, más es el amor que recibes. Y no solo de tu pareja, sino también de sus amigos, su familia y las miles de personas que nunca hubieras conocido si el amor que puedes brindar hubiera permanecido centrado solo en ti mismo.
En verdad, el amor en el matrimonio no es para ti. Es para otros.